La lucha en parejas y el respeto al reglamento
La lucha en parejas puede ser una experiencia gloriosa para todos los involucrados en la lucha libre, especialmente el público, pero debe ser manejada de manera inteligente y ordenada. Esta modalidad de combate puede convertirse en un punto clave de la lucha libre y cómo se manejará ante un presente de cambios y un futuro incierto.
Uno de los objetivos de la formación de Pro-Wrestling Resurrection hace unos meses fue devolver la seriedad y el respeto al reglamento en la lucha libre. Tarea titánica cuando muchos luchadores están acostumbrados a implantar sus propias reglas sobre el encordado. A pesar de ello en esta empresa creemos posible regresar el honor y la gloria que proyectaban al público las luchas bien reglamentadas y sancionadas. Esto no refleja conservadurismo, como podría parecer a simple vista, sino más bien un énfasis por presentar el espectáculo luchístico con una mejor estructuración.
En este proceso la división de parejas es sumamente importante, y pensando en ello hemos traído a nuestros eventos a combinados de probada capacidad, como los ex Campeones en Parejas AAA Cuervo y Scoria (Cuervo también ha ostentado en su carrera los prestigiados títulos de relevos de All Japan Pro Wrestling) o los ex Campeones Jr. de Parejas de GHC (Pro Wrestling Noah), Los Mexitosos Marvin y Crazy. También a un equipo internacional que está haciendo ruido en el circuito independiente, compuesto por Zumbi y Heddi Karaoui y por supuesto hay que mencionar a las duplas que están creciendo dentro de nuestro propio elenco, como el Team Montañez encabezado por Jean (ex Campeones en Parejas TWS del Caribe) y no podríamos dejar de lado a las estrellas actuales del Consejo Mundial de Lucha Libre como Los Divinos Laguneros (Blue Panther Jr. y Black Panther). Mención aparte merecen Los Luna Brothers, Mr. Electro y Sharly Rockstar, dos consagrados muy difíciles de vencer en el ring.
¿Por qué la lucha en parejas es tan importante?
Para cambiar la realidad, primero se debe conocerla y aceptarla. Y es un hecho que hoy en día los combates de relevos sencillos en México han perdido mucho de su esencia. En Estados Unidos este tipo de luchas se conocen como tag team matches, lo que en español vendría siendo «luchas de equipos de relevos». Y desde este punto conceptual vamos a partir para señalar qué es lo que tenemos aquí en comparación con el llamado estilo internacional. En México las luchas de parejas, tercias o relevos atómicos cada vez tienen menos relevos, o incluso hay una que otra sin uno solo de ellos. Así es: todos los luchadores entran a la vez cuando así lo disponen y el réferi no parece preocuparse por eso, cuando se supone que existe un reglamento para cada división y modalidad y el trabajo de la autoridad sobre el ring es hacer que se respete. Por ejemplo, ¿hace cuánto que no se ve en una lucha en parejas nacional que el réferi comience un conteo para que el luchador que ingresó ilegalmente (sin recibir relevo) salga del ring?
Por esa razón WR está comenzando a implementar como una regla el respeto al relevo dentro de esta modalidad. Es un trabajo arduo debido a muchas razones, entre ellas que las estrellas del ring no suelen ser fáciles de persuadir, sin embargo se está trabajando para que este estilo de lucha funcione y los combates puedan volverse lo más deportivos y competitivos que sea posible.
La lucha libre siempre ha tenido reglas, y a pesar de que el temperamento y colmillo de los atletas frecuentemente los llevan a no respetarlas, es esencial que estas no desaparezcan para mantener el equilibrio, la seriedad y la lógica del deporte espectáculo. Esto también ayuda a que la figura del réferi sea respetada y fortalecida: temido u odiado cual árbitro de fútbol, es la autoridad máxima y eso no se debe poner a discusión.
La división en parejas es una herramienta de desarrollo de talentos
Muchas de las grandes estrellas de todos los tiempos en el mundo comenzaron sus carreras como parte de un equipo en parejas o, en el caso de México, de tercias. Por lo regular no todos los integrantes terminan convirtiéndose en superestrellas, pero conocemos casos de éxito en el mundo que sin duda apoyan esta afirmación. Por ejemplo Shawn Michaels, quien saltó a la gloria individual no sin antes haber formado la pareja de Los Rockers con Marty Jannety. John Morrison o Johnny Impact, quien durante mucho tiempo formó el equipo MNM con Joey Mercury, manejados por Melina. Scott Steiner, que parecía eterno como pareja de su hermano Rick, pero que finalmente se volvió estrella individual por su cuenta y enfrentó a lo más grande de WCW y WWE. Hablando de México no se puede dejar de mencionar a Silver King, que comenzó a destacar dentro de la pareja de Los Efectivos con El Texano (también conocidos como Los Cowboys) y finalmente tomó su camino y se volvió una estrella refulgente por su lado. Juventud Guerrera tuvo varias de sus primeras luchas de importancia como pareja de su padre, Fuerza Guerrera. Ringo y Cachorro Mendoza fueron Campeones Nacionales de Parejas y solo Ringo se mantuvo como estrella activa del CMLL por un largo período de tiempo.
De modo que la división de equipos sencillos siempre ha sido una herramienta para desarrollar talentos individuales, aunque también para observar el desempeño de luchadores jóvenes, para foguearlos, a pesar de que no está limitada a ello. Cuando una estrella consolidada forma equipo con un luchador en desarrollo, ayuda no solo a que el novato aprenda de su compañero a desempeñarse mejor ante el público, sino a que éste comience a aceptarlo y reconocerlo como un elemento digno de codearse con los grandes. En el caso de las parejas conformadas íntegramente con talentos en desarrollo, la lucha en parejas sirve para analizar el talento y el desempeño de cada integrante y evaluar si alguno podría volverse una estrella por su cuenta en el futuro. En una lucha preliminar o de medio cartel en relevos sencillos todos los involucrados pueden tener su momento para aprender y brillar, sin cargar sobre su espalda la lucha entera como lo harían en un mano a mano o tener el gran peso de estar en una lucha principal cargada de superestrellas que, de entrada, tienen más arrastre y experiencia que ellos.
A diferencia de los relevos australianos, atómicos y los descontinuados japoneses (cinco contra cinco), los relevos sencillos o luchas en parejas permiten que los cuatro elementos involucrados luzcan más, al no haber tantos luchadores sobre el escenario al mismo tiempo. No obstante, si no se respeta el relevo y en general el réferi deja que el luchador haga lo que quiera, se vuelve a presentar el problema de mucha gente en el ring, demasiada acción y baja valoración de la misma, tanto por el público como por los matchmakers.
Y es que un combate ordenado conviene a todos: al luchador, que tiene mejores formas de que sus movimientos se aprecien sin que nada estorbe o robe la atención. Al promotor, que puede observar de mejor forma el desempeño de sus luchadores. Al público, que verá un espectáculo mucho más deportivo y competitivo. ¿Los movimientos combinados? Se pueden hacer, pero no hay que olvidar que el que no es «legal» (que no tiene el relevo) tiene poco tiempo para salir del ring y el réferi debe hacer valer esa regla. ¿Y las marrullerías? Los rudos siempre las seguirán haciendo, solo que cuando es frente a las narices del réferi y éste ni se inmuta, las cosas dejan de tener sentido.
La lucha en parejas es, por lo antes expuesto, una apuesta dentro de WR. Y por ello será uno de los primeros títulos de la empresa, ya que se cuenta con el talento suficiente, tanto independiente como del Consejo Mundial de Lucha Libre, para que los mejores equipos del país comiencen a construir el linaje de unas nuevas correas.